miércoles, 29 de mayo de 2013

Segundo capítulo.



-¿Cómo?¿Acabas de decir que hay alguien con nosotros?
-Sí.
-¿Y cómo estas tan tranquilo? - le dije pegándole un manotazo en el brazo. 
-...
-¿Quién está con nosotros?

De repente, oímos algo proveniente de los matorrales que habíamos dejado atrás. Empezé a andar más deprisa. Casi a correr.

-Rose, que queda mucho llano por delante jaja, da igual que corras.

Levanté el brazo energéticamente hacia él enseñándole el dedo corazón. 

-Sea lo que sea, o sea quien sea nos alcanzará tarde o temprano - dijo en tono despreocupado.
-Joder Peter, deja de asustarme - murmuré en voz baja - sigo sin entender todo esto. 
-¡¿El qué?!
-La situación. Sigo sin entender porque mataron a mamá y a papá. Y sigo sin entender porque quieren matarnos a nosotros. 
-¡Otra vez! Rose, nuestra familia intentaba no aplicar esa ley a sus vidas. Ocultados todo el tiempo. Pero eso era imposible. El abuelo intentó huir de aquí con la abuela y cuando llegaron a la base los pillaron. Pero los exterminadores no sabían que habían dejado a nos niños en casa.
-¿Por qué dejaron a papá y al tío Tom sólos en la casa?
-Porque ellos sólo querían explorar aquello y volver, pero les pillo por sorpresa. El tío Tom cuidó de papá, y cuando este pudo hacerlo sólo, el tío se escapó al Departamento Clemencia. Pero aquello no iba a durar eternamente. Y cuando tú tenías ocho años y yo doce, mataron a papá.
-¿Y mamá?
-Bueno, ella siguió el ejemplo de papá...y acabó como él. Y vienen a por nosotros porque creen que es más fácil acabar con todo esto matándonos a todos.

Me callé y seguí andando. Mucha información en muy poco tiempo. Necesitaba asimilarlo. Lo único que querían era...matarnos. Espeluznante. Realmente espeluznante.

-¿Quién nos busca?
-¿Quién iba a ser? Los exterminadores. Por lo visto la jefa lleva esta misión, somos...importantes.
-Si para ser importante tengo que correr el riesgo de que me maten, prefiero no serlo. ¿Cómo se llama la jefa?
-Por lo que he oído, Clarisse - sí, me sonaba ese nombre.
-¿Estarán cerca?
-Probablemente registrando el coche. 

Eché la vista atrás, quedaba un cuarto de llano por recorrer para llegar al bosque. Hacía mucho sol. Aquello era agotador. Desde ahí, el coche se veía minúsculo, pero apuesto a que se nos podría ver desde allí.

-Rose, ¡no te pares! Está anocheciendo y tenemos que llegar al bosque antes.
-¿Sabes que desde el coche se nos ve?
-No nos alcanzarían. Y de todas formas no se pararán ni a mirar para acá.
-¿Por? - pregunté extrañada.
-Ellos usan helicópteros y creerán que no nos expondríamos a ese riesgo. 
-¡Bien! Vamos buscando nuestra propia muerte. Es...maravilloso.
-Que ya estamos llegando p, deja de quejarte - me dijo mientras echaba a correr.

Empezé a correr detrás de él. Ví como él sonreía. Después de todo, sonreía. Y sonreí yo. Por primera vez después de mucho sonreí de verdad. Y me sentí bien. Entonces, adelanté a Peter. Él era fuerte, pero yo le ganaba en las carreras.
- ¡Vale! ¡Vale! - exclamó apoyándose en sus rodillas para coger aire - ya puedes parar.
-Ah jaja. Ahora que el señorito se cansa hay que parar.
-Mira - dijo recuperando el aliento - ya estamos llegando. 

Dirigí mi mirada al frente y me día cuenta de que nos quedaba poco para llegar al bosque, unos escasos veinte pasos. Después de correr y andar, entramos en el bosque. Es de un verde oscuro y estaba lleno de altos árboles que no te dejaban ver más allá y de matorrales, apenas quedaba espacio para andar. Se oían sonidos de animales retumbar en los troncos de los árboles.

-Venga Rose, no te tumbes - me dijo tendiéndome la mano .
-¿Otra vez?
-Mira - dijo señalando unos matorrales que nos pillaban a diez pasos - llegamos ahí y ya esté. Ahí pasaremos la noche.
-Vaaaaaaale.

El bosque eres precioso y que a medida que avanzabas había más y más árboles. Más y más verde. Por fin llegamos. Me tumbé en suelo. Cansada y cogiendo aire.

-Me duelen los pies - le dije quitándome los zapatos.
-Creo que la vez que Pet se escapó corrimos más, jaja.
-¡Sí! Jajaja.

Nos miramos y empezamos un mar de carcajadas. Exageramos. Mucho. Pero, lo necesitábamos. 
Pet fue nuestro caballo. Era negro azabache, como una noche sin estrellas. Era realmente hermoso. Un día se escapó y Peter y yo fuimos detrás de él. Corrimos como nunca antes lo habíamos echo. Pet murió dos años después a causa de la edad. Cada vez que necesitábamos reír recordábamos aquel día. Así que sabía porque Peter lo había echo, él, en el fondo, también lo estaba pasando mal, y tenía miedo. Quizás tanto como yo.

-Rose, come algo y duérmete. Mañana andamos también.
-Vale.

Comimos y nos dispusimos a dormir. Pero...ya no nos acordábamos de que alguien venía con nosotros

2 comentarios:

  1. ¿Quién será quien les sigue...? Sube pronto el siguiente jaja (Y revisa el cap. que hay algún pequeño fallo):)

    ResponderEliminar
  2. Hay tienes el tercer capítulo jaja, me encanta que lo leas, el corrector me suele cambiar las palabras, ahora lo revisare

    ResponderEliminar